sábado, 11 de abril de 2015

Una escapada a los pueblos negros de Guadalajara.



 
Allá en una provincia llamada Guadalajara, entre las Sierra de Somosierra y Ayllón, allí encontrarás la ruta de los pueblos negros o de la arquitectura negra. ¿Qué tiene de peculiar? Tienen un aspecto muy reconocible y obtienen su nombre del material con el que están hechas las casas: la pizarra negra.

  

Una zona hermosa, virgen, alejada aún de la explotación del hombre, ideal para pasar un fin de semana de desconexión.
La Sierra ha estado poblada desde épocas prerromanas, y en muchos periodos de la historia aislada por su propia naturaleza. Aislamiento que se nota y se palpa cuando visitas la zona, no podemos evitar sentir algo de nostalgia recorriendo las calles de sus pueblos. Todo esto alimentado por las condiciones climáticas extremas en invierno, por eso te recomendamos una escapada mientras dure el buen tiempo.
Pero no sólo la pizarra es lo que caracteriza esta zona, es todo un cúmulo de materiales locales que da a las construcciones este aspecto tan característico: madera, barro, cuarcitas y pizarra, que muchas veces hace confundir las construcciones con el terreno, integrándose en el paisaje. 
Tampoco son sólo son casas lo que podemos encontrar en esta zona. Hay casas (viviendas), pero también construcciones auxiliares dedicadas a guardar ganado, y muchas iglesias.
A continuación te contamos un poco más de cada uno de los pueblos a conocer.


1. Campillo de Ranas

En Campillo de Ranas hay dos imprescindibles: el pico Ocejón (uno de los más altos de la provincia) y los hayedos más meridionales de Europa (Montejo de la Sierra y Tejera Negra). Te recomendamos también visitar la iglesia parroquial que se construyó con lajas de pizarra combinadas con piedra caliza en la torre.


2. El Cardoso de la Sierra



Aunque está en la provincia de Guadalajara, es colindante con Segovia y Madrid. Se encuentra en la zona más alta de la Sierra de Ayllón, cuyo pico más alto es el pico del Lobo, a 2.273 metros de altitud. Esporádicamente podrás contemplar lobos, una experiencia única. En su término municipal nacen los ríos Jarama y Jaramilla, y en lo que respecta a monumentos, destaca la iglesia Santiago Apóstol (siglo XI).


3. Majaelrayo


Situado en plena Sierra de Ayllón es uno de los máximos exponentes de la arquitectura negra hecha con pizarra. Además, el primer domingo de septiembre podrás disfrutar de las Fiestas del Santo Niño, en las que 8 danzantes se visten con una saya blanca almidonada y bailan ante la iglesia y ante otros lugares del pueblo. Como monumento, no dejes de visitar la iglesia parroquial San Juan Bautista.


4. Tamajón


Uno de los principales atractivos de Tamajón es el Palacio de los Mendoza, actualmente ayuntamiento de la localidad. Pero no se queda ahí la cosa, a dos kilómetros encontramos la ermita de la Virgen de los Enebrales (patrona de la localidad) y la Ciudad Encantada de Tamajón, entorno de piedras calizas de formas caprichosas debido a la erosión del viento y el agua, son olvidar el monasterio cisterciense de Bonaval (siglo XIII).


5. Valverde de los Arroyos



Aquí podrás visitar las chorreras de Despeñalaguauna cascada con una caída de más de ochenta metros de altura. Su Plaza Mayor es una de las mejores conservadas de la zona, bordeada por construcciones populares de pizarra. En los alrededores te recomendamos la Ribera del río Sorbe, que tiene una zona de baño junto a un antiguo molino de piedra.


Ana García Mellado
 

Pastrana, Guadalajara, Castilla La Mancha



Pastrana, en Guadalajara, es una Villa Ducal fundada en el siglo XIII que creció bajo la mano de la Orden de Calatrava como una Villa Ducal Medieval de la que hoy quedan numerosos vestigios de su antigua gloria.

pastrana_vista

De su pasado militar quedan las murallas y la primera iglesia, pero es en el siglo XVI cuando vive su mayor esplendor, primero con la venta de la localidad a Doña Ana, Condesa de Mélito, que comenzó el Palacio Ducal, y a su muerte con los Principes de Éboli, que adquirieron la Villa y fueron los primeros Duques de Pastrana y realizaron grandes obras en la Villa. Pastrana sigue conservando gran parte de su trazado medieval y la riqueza artística que atesoró durante el siglo de Oro, por lo que ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico.



Pasear por Pastrana es rememorar un paseo por la época medieval, ya que en Pastrana se respira el aroma de otras épocas, en su trazado, en sus edificios, en su espectacular estado de conservación. Como decía Camilo José cela en su “Viaje a la Alcarria”:” A la mañana siguiente, cuando el viajero se asomó a la Plaza de la Hora, y entró en verdad y para su uso, en Pastrana, la primera sensación que tuvo fue la de encontrarse con una ciudad medieval, en una gran ciudad medieval…”



Visitas recomendadas dentro de su casco histórico son, por supuesto, el Palacio Ducal, que fue protagonista de las aventuras de la Princesa de Éboli. El palacio, construido en el siglo XV, es renacentista con abundantes elementos manieristas, destacan sus torreones, portada, columnas, frontón y escudo. El Convento de las Francisacanas Concepcionistas, de clausura, con una iglesia barroca del XVI fundada por la princesa y Santa Teresa y el colegio de San Buenaventura de siglo XVII donde destacan su fachada con portalón y un patio interior con galerías.



Otra visita obligatoria es la de la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, construida  sobre un templo gótico anterior durante lossiglos XIII y XIV, en cuya cripta-panteón reposan diversas urnas funerarias, de mármol rosado, procedentes del palacio del Infantado; también alberga el Museo de los Tapices, con una importante colección de arte medieval y renacentista. Tambien recomendamos el actual Museo de Historia Natural, en el antiguo convento barroco del Carmen.